La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida en si misma.-John Dewey.

Los documentos antes expuestos los he considerado importantes debido a que gracias a ellos he logrado comprender que a nivel nacional la educación es un aspecto primordial para el avance de la sociedades, ya que brindan a ellas los conocimientos, valores y aptitudes los cuales les permiten alcanzar mejores niveles de bienestar y de crecimiento en ámbitos políticos, sociales, económicos y culturales.

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Ahora bien, la educación inclusiva implica que tanto niños, como jóvenes y adultos aprendan de manera conjunta sin importar su origen o condiciones personales, sociales o culturales, aún más aquellos que presentan algún problema de aprendizaje o discapacidad. Este tipo de educación es aquella que no requiere de mecanismos de selección para contribuir en la calidad educativa, sino por el contrario pretende la igualdad de oportunidades y de participación.

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Esto a la par, indica que todos los discentes pueden beneficiarse de una enseñanza, dependiendo de sus intereses, no solo aquellos a quienes se les ha añadido la etiqueta de “Necesidades Educativas Especiales”.

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Asimismo, dentro de las Escuelas Inclusivas, se hace hincapié en los enfoque colaborativos, en donde se les brinde a los estudiantes las herramientas para una vida activa, potencializando sus capacidades y habilidades con las que cuenta, independientemente de su condición y de igual manera se pretende que por medio de las instituciones educativas, las sociedades se eduquen en el respeto a las diferentes ideologías, desenvolvimientos cognitivos, físicos y/o emocionales sin ningún tipo de exclusión.

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Para una inclusión educativa exitosa se requiere, además de un personal de apoyo formado en el trabajo con población diversa y vulnerable, de una importante sensibilización y capacitación del personal docente que trabaja con los estudiantes día a día.  Además de sensibilización, es necesario darles a estos educadores las herramientas que requieren para el trabajo diario con esta población. 

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Simultáneamente a esto, los padres de familia de toda la población estudiantil, pero en específico de aquellos que tienen una discapacidad o una actitud sobresaliente, deben ser concientizados sobre los derechos que pueden ejercer dentro de la comunidad y para que en este sentido, la inclusión vaya formando parte de la vida cotidiana en la que se desenvuelve todo individuo.

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Finalmente, lo que más relaciono con mi práctica es que dentro del aula debemos entender y respetar la diversidad puesto que dentro de ella, mis alumnos aprenden valores, adquieren conocimientos y formulan sus expectativas y responsabilidades dentro de la sociedad, por lo que tengo que ser una mediadora de estos aprendizajes para que aquellos infantes que no están denominados como alumnos con “Necesidades Educativas Especiales” comprendan este concepto y sean partícipes en ayudar a aquellos que si están etiquetados como tales.