Mi formación docente

De las dos primeras actividades, que aluden a la lectura: la construcción del conocimiento escolar, logré entender que todas las personas, construyen su conocimiento cotidiano antes, durante y después de la formación escolar. Partiendo de que cuando los niños entran a la escuela por primera vez se convierten en alumnos, puesto que poseen un conocimiento previo, el cual va a utilizar para construir el conocimiento escolar.

 

Resulta interesante tener en cuenta que las características que tiene el conocimiento cotidiano y que resultan útiles son las que resultan más negativas para la adecuación de los conocimientos escolares que son impartidos por parte de los docentes.

 

Es probable que el conocimiento que los alumnos tienen sirva de soporte y enganche para que el conocmiento escolar quede perfectamente integrado en las estructuras de los conocimientos de los alumnos.

 

Muchos docentes tienden a relacionar el conocimiento cotidiano con el conocimiento escolar, conllevando a una determinada atribución de significados al conocimiento cotidiano, y puede que esto sea el punto de llegada a puntos extremos muy poco defendibles de que el conocimiento cotidiano quede prácticamente obsoleto al escolar y desaparezca como tal.

 

Por eso, la propuesta de utilizar el conocimiento cotidiano en la escuela es muy realista y potencialmente provechoso, por ello, debemos respetar el conocimiento cotidiano por sí mismo que viene servido y respaldado por un conocimiento.  

 

Por lo tanto, la pretensión de integrar ambos conocimientos en uno solo de tipo escolar, o que el escolar remplace al cotidiano, es difícil de lograr, además resulta muy cuestionable, entonces por ello se intenta lograr que el conocimiento cotidiano de los alumnos alcancen el nivel de comentarios de forma explícita, manipulando a su vez ciertas actividades o tareas escolares; además de que relacionen los contenidos de la tarea con cierta situación de la vida cotidiana.

 

También, al realizar esta actividad, entiendo que debemos hacer que los estudiantes se enfrenten a diversas situaciones problemas para que generen alternativas y con ello, resuelvan un conflicto cognitivo adquiriendo a su vez la habilidad de reflexionar sobre las diversas respuestas que se puedan generar.

 

El conocimiento escolar está dotado de muchas explicaciones ya más complejas, basadas en una causa múltiple e interactiva, creando a su vez un conjunto de principios deductivos con reglas y algoritmos de resolución de problemas para que de este modo aprendan a manejar cierta información propiciando un razonamiento parecido al científico.

 

Otro punto importante que considero de la lectura es el visualizar que la escuela no debe pretender que los alumnos solo tengan conocimiento escolar para todas las situaciones, sino que los educandos activen diferencialmente el conocimiento cotidiano y el escolar, a manera de que los dos puedan relacionarse, enriquecerse mutuamente y seguir cada uno en su ámbito de aplicación.

 

Luego después se nos presenta la importancia del constructivismo en el ámbito educativo la cual radica en formar y capacitar a un alumno para transformar el entorno de su realidad social; el constructivismo es creatividad educativa, para el cambio de la realidad y mentalidad educativa, mediante nuevos paradigmas pedagógicos.

La última lectura nos habla del uso del portafolio de evidencias como una herramienta para la evaluación por competencias que se desarrollan en una asignatura, se basa en la idea de mostrar la evolución del aprendizaje del estudiante a lo largo del programa, y que además de almacenar todas las evidencias y permitir su consulta de forma ágil e integral,  retroalimenta al docente del avance del grupo y de cada individuo en particular, para que en cualquier momento, resulte evidente su crecimiento a lo largo del mismo, permitiendo inclusive moderar el tiempo y la rapidez con que se cubre cada competencia.

 

Hoy los portafolios están presentes en todas las etapas educativas y en el desarrollo profesional, tanto en el aprendizaje y la evaluación. Un trabajo de portafolios puede usarse para el desarrollo y valoración del conocimiento de una asignatura, para la adquisición de habilidades de enseñanza y prácticas reflexivas.

 

Es decir, el portafolio es una técnica que informa sobre las competencias que una persona o grupo de personas puede demostrar, así como la naturaleza y el aprovechamiento del proceso de aprendizaje que han seguido para obtener dichos logros.

 

Estas producciones informan del proceso personal seguido por el estudiante, permitiéndole a él y los demás ver sus esfuerzos y logros, en relación a los objetivos de aprendizaje y criterios de evaluación establecidos previamente.

Los aspectos que caracterizan al portafolio en función de la diversidad de situaciones y temáticas en las que se puede utilizar, permiten precisar en cada situación de uso el punto específico atribuido. Acercándonos más a nuestra manera de entender la herramienta, se puede definir el portafolio como una recopilación de evidencias consideradas de interés para ser guardadas por los significados con ellas construidos.

 

En todos los casos en los que se puede trabajar con el portafolio, los propósitos que lo guían hacen referencia a la potencialidad de la herramienta para evidenciar cómo se van produciendo los procesos de enseñanza y aprendizaje desde dentro, es decir, desde el punto de vista, desde la voz de los estudiantes. De este modo, es el propio estudiante, el que organiza su trayectoria de reflexión en diferentes momentos a lo largo del proceso e inventa y estructura su propio aprendizaje.